Introducción. El arca del pacto, era el objeto más sagrado del templo, contenía en su interior, una urna con el Maná que comieron los Israelitas en el desierto, las tablas de la ley y la vara de Aarón que reverdeció, era de madera de acacia y recubierta de oro puro y constituía el símbolo más especial de Dios con el género humano. Desde la parte de arriba en el propiciatorio, Dios hablaba con Moisés y posteriormente solo una vez al año, en el día de la expiación, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo y tenía contacto con ella, al hacer expiación por el pueblo.
“El arca permaneció en Quiriat-jearim mucho tiempo: veinte años en total. Durante ese tiempo todos los israelitas se lamentaron porque parecía que el Señor los había abandonado.”
1 Samuel 7:2 NTV
“Entonces, justo en el momento en que Samuel sacrificaba la ofrenda quemada, llegaron los filisteos para atacar a Israel. Pero ese día el Señor habló con una poderosa voz de trueno desde el cielo y causó tal confusión entre los filisteos, que los israelitas los derrotaron. Los hombres de Israel los persiguieron desde Mizpa hasta un lugar abajo de Bet-car, matándolos a lo largo del camino. Luego Samuel tomó una piedra grande y la colocó entre las ciudades de Mizpa y Jesana. La llamó Ebenezer (que significa «la piedra de ayuda») porque dijo: «¡Hasta aquí el Señor nos ha ayudado!».”
1 Samuel 7:10-12 NTV
I. Siete meses permaneció el arca sagrada en territorio filisteo, ocasionó trastornos, muertes y un juicio devastador sobre los enemigos de los israelitas; cuando la regresaron terminó en Quiriat-Jeraim en la casa de Abinadab, al cuidado de Eleazar su hijo, allí permaneció 20 años, pero los hijos de Israel se lamentaban y sentían que Dios los había abandonado.
II. Los filisteos eran sus poderosos adversarios, los habían derrotado y eran sus siervos, haciendo todo lo que querían con ellos; no había funcionado llevar el cofre sagrado a la batalla, pero Samuel los desafió a limpiar sus casas de ídolos y demás cosas abominables, ellos lo hicieron y además ayunaron reunidos en Mizpa.
III. Fui allí donde se dio la batalla, terminando de hacer el sacrificio llegó el ejército filisteo, pero allí intervino Dios directamente, con voz de trueno causó tal confusión entre los filisteos, que los Israelitas pudieron derrotarlos fácilmente, perseguirlos y matar a gran parte de ellos.
IV. Parece que Dios se olvida de nosotros, que ya no estamos más en sus planes y propósitos, que nuestros problemas no tienen salida; sentimos que Dios nos ha abandonado, pero con. Voz tronante interviene y en un instante hace lo que no hemos logrado por años, sus palabras además de ser reconfortantes, son desafiantes: “Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”
V. Una gran piedra colocó Samuel entre las poblaciones de Mizpa y Jesana, la nombró Ebenezer, que significa piedra de ayuda o más específicamente “hasta aquí nos ayudó el Señor”; en las crisis y problemas de la vida necesitamos recordar que no estamos solos, que aunque parece que Dios nos ha abandonado, El sobrenaturalmente se hace presente.
VI. Una gran piedra es colocada en los caminos y encrucijadas de la vida, es un testimonio del poder divino en nuestras vidas y familias, con voz tronante Dios confundirá a nuestros enemigos, hará correr a nuestros adversarios, El sigue teniendo el control de lo que nos pasa y si hasta aquí el nos ha ayudado, lo seguirá haciendo toda la vida.
VII. Ebenezer, piedra de ayuda o hasta aquí nos ayudó el Señor; podemos depositar en El toda nuestra fe y confianza, toda nuestra fortaleza y esperanza, Dios siempre será más grande que nuestros problemas y apoyados en El, superaremos toda crisis y venceremos toda adversidad.
VIII. Ebenezer un testimonio grandioso del obrar sobrenatural de Dios, de su poder que no tiene límites, de su gracia que no conoce fronteras, de su amor que nos llena, nutre y satisface; si El lo hizo ayer, lo podrá hacer hoy y también lo hará mañana, deposita por completo tus cargas y ansiedades, tus problemas y adversidades, por que hasta aquí nos ayudó El Señor.
Conclusiones. Hay veces que no sentimos lo duro, sino lo tupido; nos sentimos abandonados por Dios y aunque el arca estaba en medio del pueblo las cosas no cambiaban y nos pasa algo parecido, acudimos al templo pero parece que nada pasa, sin embargo Dios interviene y se hace presente; destruirá a nuestros enemigos, con voz tronante intervendrá y hará lo que hasta ahora ha sido imposible realizar!
Ps. Otoniel Mendoza 