Introducción. Ella trató de hacer su trabajo y la mató. Es una víctima tanto como cualquier otra persona que haya muerto». Así ser refirió el doctor Philip Breen a su hija en The New York Times. Ella es la doctora Lorna Breen, de 49 años, una jefa de urgencias en Nueva York que se suicidó deprimida, angustiada por tanto sufrimiento a su alrededor. Tanta desgracia acabó derrotando a Lorna Breen el pasado domingo. Se quitó la vida en Charlottesville, Virginia, desesperada por la tragedia que tenía que presenciar cada día. Aunque no tenía antecedentes de problemas mentales, el padre reconoció que la última vez que contactó con ella estaba bastante afectada, incluso que le contó lo duro que era ver morir constantemente a las personas.
“Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.»”
San Juan 16:33 RVC
I. Este mundo frecuentemente parece un manicomio, hay días que la vida te pesa, que sin comprender porque pero te sientes muy mal; la verdad es que nunca se nos prometió un camino sin espinas, una senda llena de rosas, sino una vida que tiene de todo y las etapas de dolor y aflicción nos visitan, aplastando La Paz y felicidad.
II. Las enfermedades mentales están en ascenso, nos deprimimos, nos estresamos, la ansiedad nos domina y La Paz y estabilidad parecen lejanos; ¿Que hacer en esos momentos tan oscuros?, el maestro nos advirtió que en este mundo tendríamos aflicción, las tormentas se forman con razón y sin ella y de la calma, en un rato pasamos a la tempestad!
III. Increíble pero a veces ni siquiera tenemos grandes problemas y vivimos con el “Jesús en la boca”; simplemente algo dentro de nosotros no funciona, esa “cosa” parece un monstruo de nuestras pesadillas; nos amarga la vida, nos roba La Paz y la esperanza se apaga.
IV. Si la vida nos pesa y es una carga insoportable, perdemos el control, ya no tomamos buenas decisiones, !subsistimos no vivimos!, nos amargamos la vida y se la amargamos a la gente que nos rodea; no podemos seguir viviendo así, algo tenemos que hacer, la medicina ayuda pero frecuentemente no es suficiente, la familia apoya pero no pueden hacer más, los amigos nos animan pero la solución no está en sus manos.
V. La Paz definitivamente viene de arriba, la peor o la más ligera de las tormentas encuentra en Dios tranquilidad y sosiego, Jesús fue claro: “Mi paz les dejo, mi paz les doy, yo no las doy como el mundo la da, no se turbe su corazón ni tenga miedo, en el mundo tendrán aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo”
VI. Es tiempo de romper con ese terrible ciclo, de miedo, estrés y ansiedad; el mañana no nos asustará más, la epidemia no será para siempre, la familia no se desbaratará, la economía tiene que mejora; levántate ya, tienes que romper con tantas telarañas que te confunden y te aplastan; fortalecidos en Dios somos más que vencedores.
VII. Cada persona tiene que elegir su camino y perder el control es parte de la decisiones que tomamos, a veces no depende de nosotros, pero lo que si podemos hacer en esos tiempos difíciles e inciertos es refugiarnos en el Señor, como lo dice el Salmo 91: “Con tus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro”
VIII. Descansa en el Señor, desestrésate en su presencia, abandónate por completo en su amor, la tormenta pasará, también esta pandemia y oscura temporada, retomaremos nuestra vida y superaremos toda depresión y ansiedad. Con el apoyo divino somos indestructibles, “Su mano no se ha acortado para salvar, ni su brazo para redimir, mi mensaje hoy es simple, tienes que Retomar el control y eso solo lo puedes hacer en Dios.
Conclusiones. Los problemas que enfrentamos son increíbles, tenemos muchas razones para estar afligidos y angustiados, pero también para relajarnos y experimentar paz en medio de la tormenta, las promesas divinas nos reconfortan: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”
Isaías 41:10
Ps. Otoniel Mendoza 