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DEL AMOR AL ODIO

DEL AMOR AL ODIO

«Digan a la hija de Sión: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.” » (Mateo 21:5 NVI)

Introduccion. La entrada triunfal ofrece un panorama muy claro de la naturaleza humana, primero es recibido como heroe el Señor y a los pocos dias los gritos son ensordecedores,: «Crucificale». Los humanos somos inestables e inducidos por el enemigo, hacemos cosas terribles; pasamos del amor al odio y aun hoy podemos taladrar las heridas del maestro, con nuestras acciones y torcido estilo de vida; pero descubramos en esta historia, todo lo que Dios tiene para revelarnos.

I. Es conocido como el Domingo de Ramos , Jesus entraba junto con sus seguidores como un heroe a Jerusalem, la ciudad capital; no lo hacia en un fino corcel, sino en un burrito, cumpliendo la profecía,( llegaba en son de paz y no de guerra). La gente se desbordaba en alabanzas y atenciones, tendian sus mantos y cortaban ramas para colocarlas por donde el pasaria, le gritaban » Hossana al hijo de David, Bendito el que viene en nombre del Señor»; la ciudad entera se conmovió, ante la llegada de aquel profeta controversial.

II. Parecia que la nacion entera se le entregaba y que todos reconocerian su mision y se convertirian a El de todo corazón; pero las emociones humanas son inestables y pronto paso la euforia; sus enseñanzas chocaban con las tradiciones, confrontaban su torcido estilo de vida y encontraron tremenda resistencia; especialmente en la cupula gobernante, de tal forma que Caifas, el sumo Sacerdote, expreso: «Nos conviene que un hombre muera y no que toda la nación perezca». (Jn 11:49-50)

III. «a lo suyo vino, pero los suyos no le recibieron»; unos cuantos días pasaron y todo había cambiado, la ciudad que lo vio entrar como Mesías, ahora lo rechazaba y prefería que Pilato, liberara un terrible homicida; las voces que cantaron Hossana, ahora gritan Crucificale; la historia frecuentemente se repite, quienes ayer levantamos nuestras manos para adorar al Señor , mañana podremos usarlas para herir y menospreciar al tierno Salvador; como Pedro que prometio nunca fallarle, terminamos negándole y siendo completamente indiferentes a El y a su mensaje.

IV. El mensaje del Señor a la iglesia de Filadelfia, es también para nosotros: «Tengo contra ti que has perdido tu primer amor»; nuestros sentimientos y emociones no pueden variar tanto, un día cantando Hossana y el otro gritando crucificale; una temporada en el fuego de su presencia y la otra en el hielo de la indiferencia; una época sirviendo con empeño y pasión en su obra y la otra, sin propósito o visión para su reino.

V. Pedro y Judas tienen algo en común, los dos le fallaron al Señor, uno lo traiciono y lo vendió, el otro lo negó y lo defraudo; los dos se equivocaron como lo hacemos nosotros; solo que uno se arrepintió y fue restaurado y al otro se lo comieron los remordimientos y termino suicidandose; podemos fallarle al Señor, pero lo importante es que si pasamos del amor al odio o a la indiferencia, pronto recapacitemos y «Volvamos al primer amor»

VI. «Mi casa y yo serviremos al Señor» decía Josué y si otros lo traicionan y muchos le fallan con su indiferencia, porque no esforzarnos nosotros para que no solo entre con aplausos y alabanzas a nuestra vida, sino «viva como rey en el palacio de nuestra existencia», que si una voz se alza para gritar crucificle, la nuestra la aplaque con una alabanza; ¡que nuestro estilo de vida refleje su grandeza y suba como olor fragante ante su presencia!.

VII. El burrito no era señal de humildad como muchos piensan, sino de dignidad y realeza, de propósito y misión, no llegaba como conquistador sino como Salvador, su llegada no proclamaba guerra contra Roma, sino paz para todo el mundo y hoy como ayer, El entra a las vidas de quienes lo invitan, con el tremendo poder para trasformarles y cambiarles; no como un limosnero, que suplica, sino como un rey que ordena cambios y transformaciones; si entra en tu vida, prepárate porque sacara «toda la basura de tu existencia».

VIII. Tu voz puede ser una que también grite crucificale u otra que se mantenga cantando Hossana, que día a día se esfuerce en servir al maestro y se humille para colocarle alfombra roja, a quien tanto se lo merece; vivamos de tal manera, que rechacemos las incitaciones del maligno a negar a nuestro Redentor, como lo hicieron quienes ayer gritaron crucificale. ¡alfombra roja para el gran rey «y tu y yo un burrito para que el cabalgue»!

Conclusiones. Si es fácil pasar del amor al odio, también se puede del odio al amor,; hoy es un buen día para decirle ¡si al Señor!, para abrirle de par en par nuestro corazón, para invitar a Cristo a entrar en nuestra vida y dejarlo conquistar nuestro corazón. Fuiste diseñado para cantarle alabanzas, no dejes que el maligno «distorsione tu música» y termines como tantos, gritando con saña e indiferencia ¡crucificale!

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