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ENVIDIA DE DIOS

ENVIDIA DE DIOS

¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?” »Así que los últimos serán primeros, y los primeros, últimos. (Mateo 20:15, 16 NVI)

Introduccion. La vida y el trabajo en el reino son diferentes a lo que estamos acostumbrados, la justicia divina no nos parece logica, ni ecuanime y a veces se nos hace extraña, pero Dios quiere bendecir a sus hijos y en ese afan, a los primeros los puede hacer ultimos. Premiar a los pequeños con la recompensa de los grandes, asi que solo nos queda disfrutar su amor y compasion y no amargarnos si trabajamos y servimos en su obra y exaltamos su reino; hoy aprenderemos algunos principios para crecer sanamente y sin frustraciones ni amarguras.

I. Hoy como ayer Dios busca trabajadores para su obra, sirvientes que quieran esforzarse por construir su reino, hombres y mujeres a quien enviar «a su viñedo»; la paga es justa y los primeros son contratados muy de mañana, los pioneros que llevan toda la carga del trabajo, que construyen desde sus cimientos un ministerio, que edifican las bases de una iglesia y que frecuentemente se encargan de las cosas mas difíciles y pesadas.

II. Definitivamente nadie es forzado a servir en el reino, ni por Dios, menos por un lider o un Pastor; sin embargo, debemos entender nuestro proposito y Misión en esta vida, ¿Para que nos salvo el Señor?, ¡algo tenemos que hacer en su obra, ser parte de su gran equipo de servidores! Y disfrutar al ser enviados a su campo de trabajo; como todos los órganos del cuerpo tienen una funcion, asi nosotros como parte del cuerpo de Cristo, tenemos un trabajo y llamado para realizar en esta gran obra.

III. Los segundos enviados son contratados a las nueve de la mañana, con la promesa de una paga justa, El Señor nos encuentra ya no en plena juventud, sino un poco maduros, habiendo cometido algunos errores, pero aun asi confia en nosotros. Nos envía a Servir, esperando en que trabajaremos con entrega y Empeño, de este tipo de personas frecuentemente salen buenos servidores, gente que quiere enderezar su vida y darle un propósito y sentido a su existencia.

IV. Al medio dia y a la media tarde El Señor encuentra y envia mas trabajadores «a su viñedo» gente que perdio la mitad de su vida viviendo vanamente, que desperdicio los mejores años de su vida en vicios, pero que es invitada por Dios para ser parte de su gran equipo y que reciben esa grandiosa oportunidad de redención, «para el segundo tiempo de su vida», vivirlo cerca de Dios y con el enorme privilegio de participar sirviendo en el reino y trabajando en la obra divina. De ese grupo salen grandes instrumentos para servir en el reino de Dios.

V. A las cinco, ya para terminar la jornada de trabajo, encuentra mas hombres sin trabajo , quienes habian perdido todo el dia y nadie los habia contratado; Increible pero hay quienes desperdician toda su vida, por x o Y razones y el Señor los encuentra en el ocaso, ya cuando nadie da un cinco por ellos; les brinda la oportunidad y los envia a trabajar. Todos independientemente de nuestros errores tenemos la oportunidad y el privilegio de servir en su obra; somos enviados hacia elle a pesar del desastre que hemos vivido y con la promesa de una paga justa.

VI. Al finalizar el día y pagar los jornales es cuando resaltan los problemas, El. Señor ordena a su mayordomo pagar empezando de los últimos a los primeros y a todos les da el salario de un día; obviamente los primeros se quejan, no es justo alegan, «tanto me esforcé, tanto trabaje y voy a recibir lo mismo que los que solo lo hicieron por una hora». Increíble pero si deveras se arrepiente el criminal mas cruel y despiadado Dios lo perdona y lo hace su hijo, con el privilegio de entrar en su reino, igual que al que tiene toda una vida, de entrega, abnegación y servicio (Ez. 18:21-32)

VII. Frecuentemente actuamos como el hermano mayor del hijo pródigo, nos molesta que el perdido regrese a casa y que Dios lo reciba con los brazos abiertos; buscamos honor y reconocimiento por nuestra entrega y servicio, pero el Señor es generoso y reparte dones y recompensas, para todos desde el mas pequeño que apenas se arrepiente, hasta el que toda su vida le ha sido fiel y confiable. Su justicia no nos cuadra, aunque la verdad es que nadie merecía nada de El, porque aun los mas fieles fallan y se equivocan.

VIII. En cualquier etapa de tu vida es necesario que lo recuerdes y que te penetre en tu mente y corazón: naciste o vas a nacer en la vida cristiana para servir, tienes que estar conectado a tu propósito, de lo contrario nunca serás feliz, ni te sentirás pleno y al hacerlo, no esperes recibir recompensa, ni lo hagas por recibir honor y reconocimiento. Dios te premiara, pero igual lo hará con el que después de ti participe, aunque sea al final de su carrera y se redima de una vida cruel y desordenada.

Conclusiones. Dios esta cambiando nuestro corazón y poniendo uno de «levitas», de servidores, que cambien al mundo con sus acciones y trasformen su entorno con sus nobles y desinteresadas actitudes; te invita a ser parte de su ejercito, hoy enlistate, en sus filas y se parte de sus desafiantes fuerzas especiales.

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