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Prosperidad vs. Pobreza

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Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos,    sino que en la ley del  Señor  se deleita, y día y noche medita en ella.    Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! (Salmos 1:1-3 NVI)
 
Introducción.¿DÓNDE SE HALLA LA FELICIDAD?

 
NO EN EL DINERO. Jay Gould, el millonario norteamericano, al morir dijo:
«Supongo que soy el hombre más miserable sobre la tierra.»
 
NO EN EL PLACER. Lord Byron, quien vivió una vida de placeres y comodidad, escribió: «El gusano, el cáncer y la pena son sólo míos.»
 
NO EN EL PODER MILITAR. Después de que Alejandro el Grande había conquistado el mundo entonces conocido, lloró en frustración porque no había mas mundos que conquistar.
 
NO EN LA INCREDULIDAD. Voltaire, el notorio incrédulo, escribió: «Desearía no haber nacido nunca.»
 
NO EN LA POSICIÓN Y EN LA FAMA. Lord Baconsfield disfrutó de las dos cosas en muy buena proporción, pero escribió: «La juventud es una equivocación; la adultez es una lucha; la vejez es una pena.»
 
¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD? Hoy trataremos de buscar la repuesta y clarificar el camino hacia la prosperidad.
 
 
I. Es importante tener un definición bíblica de lo que significa ‘prosperidad’. Si no definimos las cosas bíblicamente, tampoco tendremos conclusiones bíblicas de lo que creemos.  La palabra Griega para ‘prosperado’ es [eudoo].  Esta palabra tiene la connotación de “ayuda en el camino”; eso es (pasivamente) éxito para llegar; figurativamente tener éxito en asuntos de negocios: tener una jornada prospera.  Ser prosperado no es, por lo tanto, tener en grande abundancia (la abundancia la tiene Dios) sino tener provisión ‘constante’ o ‘continua’.  Visto bíblicamente ‘prosperidad’ es la ‘provisión’ para nuestro viaje por la vida.  Es decir, el tener provisión para nuestras necesidades.
 
II. La teología de la prosperidad enseña básicamente que Dios te hará rico, que hay una relación absoluta entre  la espiritualidad y la prosperidad material, que si eres pobre puedes estar bajo maldición. La teología de la pobreza por su parte, enseña básicamente que es pecado tener riquezas materiales, hasta se hace un voto de pobreza renunciando completamente a poseer cualquier cosa, sino a compartirlo con los demás; entre mas miserable y pobre vivamos, mas santos llegamos a ser, es la conclusión que se desprende de sus enseñanzas. Existe  una tercera teología que es centrada y bíblica, la del contentamiento. En escéncia afirma el principio: «teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con ello», aunque admite también que es lícito el anhelo por crecer y prosperar, cuando este, no se convierte en un deseo obsesivo y egoísta.
 
III.  La prosperidad integral y bíblica no es solamente prosperidad material. También puede ser emocional, física o espiritual. Es una afrenta a la memoria de los misioneros que lo dejaron todo para traernos el evangelio el decir que si una persona no es materialmente rica no está bendecida por Dios. El salmista tenía en mente un árbol frondoso plantado a la orilla de un río para describir a una persona próspera, quien no sólo da frutó, sino también sombra, y su prosperidad es de gran bendición a los demás.
 
IV.  El dinero y los bienes materiales solo constituyen una parte de la prosperidad, es también la salud, la armonía familiar, La Paz interior y espiritual y otras más, los componentes de ella; pero enfocandonos en lo material, hemos de dejar claro que Dios casi nunca nos da el dinero, sino la habilidad y sabiduría para producirlo y que su propósito general es que sus hijos vivan bendecidos y hasta estableció en la ley, que en su pueblo no debería haber pobres Dt. 15:14
 
V. La pobreza no sólo tiene componentes sociales, económicos y culturales, sino también espirituales, el principio bíblico es muy claro, «el que no trabaja, que tampoco coma», hay tanta gente en miseria, porque no le gusta trabajar, porque es floja y esta esperando que las bendiciones le caigan del cielo ya hechas, pero hay principios bíblicos que si los ponemos en práctica abrirán puertas tremendas de prosperidad a nuestra vida y familia.
 
A) Confiar en Dios, buscar el reino, poner a Dios primero.
          Fortalecer la Fe, oración y Lectura de la palabra
          Practicar la justicia
B) Trabajo Arduo.
      Trabajando aprovechando el tiempo. (Cuando hay salud, juventud y               oportunidades.
       Trabajemos responsablemente.
       Trabaje inteligentemente tendrá más rendimiento.
        Busque una pareja (esposo, esposa) de parte de Dios.
C) Buena administración.
         Ahorrar
         No malgaste el dinero.
          Invertir para el futuro.
D) Ayuda Comunitaria.
          Dar sin dolor.
E) Contentamiento.
          No afanares por las riquezas
          No quejarse ser agradecido de Dios dándole gloria.
          Confíe en Dios.
 
Conclusiones. Hay dos extremos y los dos igual de peligrosos, mejor procuremos ser plantados al borde del río de Dios y los demás, es lo de menos, seremos prósperos y felices en el Señor, aunque pudiéramos en algún momento pasar necesidad o sufrir de alguna enfermedad o problema, pero Dios siempre será nuestro refugio y en El estaremos seguros hasta que pase la tormenta, además que no se nos olvide que somos coherederos con Cristo de la tremenda herencia del padre celestial

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