Fuera conquista, fuera romance. Los noviazgos, más que de color de rosa, parecieran teñidos de brutalidad. Según una encuesta nacional que revela que dos de cada tres chavos han pasado por un noviazgo violento.
Parejas vemos, golpes y agresiones no sabemos. “Cuando le dije que ya no quería nada con él porque era demasiado déspota, me bajó a jalones del camión —dice María, de 29 años, que de los 19 a los 25 vivió un noviazgo marcado por la brutalidad—. (Me) gritaba que era una golfa, que saliera de mi vida absurda, que ese día me iba a robar y me iba a encerrar en un cuarto. Que me iba a mantener amarrada y desnuda, por que yo no podía estar sintiendo el calor ni el cariño de nadie”.
Al poco tiempo llegaron los golpes. María no pudo y no supo salirse de esa relación. Lo ocultó a sus padres y amistades.
Daniela, de 23 años, con cabello chino y cuerpo en extremo delgado, reconoce que desde sus 15 años sólo ha tenido relaciones “conflictivas” y enumera síntomas: Ansiedad (“Si me habla o no me habla, yo marco 20 mil veces hasta que conteste”), impulsividad (“No controlo mis emociones, antes me tiro de frente al coche con tal de hacer que me escuche”) e inseguridad (“No me he dado cuenta de lo que soy sola”).
Las historias se siguen escribiendo diariamente, la violencia ha llegado a los noviazgos y en algunos casos en grados extremos; razones hay muchas, pero creo que una de ellas es que nuestros jóvenes están desorientados y violando los límites.
Lo clásico que nos presenta Hollywood, es una pareja que se conocen en la tarde y en la noche terminan en un hotel y esto influye grandemente sobre todo en los adolescentes. Donde queda el romance y el cortejo, donde el tiempo para platicar y comunicarse, donde la comprensión y el amor.
Si ha esto le añadimos, el egoísmo que nos caracteriza y el materialismo que nos obsesiona, no es de extrañar la violencia conyugal y los golpes hasta en los noviazgos y desgraciadamente, son casi niños los que ahora han caído en ese infierno de maltratos e insultos.
Mi joven amigo tu vales mucho para ser víctima de una relación así, alguien que te golpea no es cierto que te ama, alguien que te maltrata o te insulta, no merece tu amor y cariño. Busca ayuda y renuncia y termina con un noviazgo violento.
Ps. Otoniel Mendoza 